Mejora tus relaciones con conversaciones asertivas

Imagina que puedes decir lo que realmente sientes, sin miedo a herir ni a ser ignorado. ¿Qué pasaría si aprendieras a poner límites sin discutir, y a pedir lo que necesitas sin sentir culpa? Puede parecer difícil, incluso imposible, pero hay una habilidad que puede transformar por completo la forma en que te comunicas: la asertividad. Quédate hasta el final porque vas a descubrir una herramienta de inteligencia emocional que, cuando la aplicas bien, mejora no solo tus conversaciones, sino también tu bienestar personal y tus relaciones más importantes.

Qué es la asertividad?

La asertividad es la capacidad de expresar lo que sentís, pensas y necesitas, de forma clara, directa y respetuosa. No se trata de imponer tu punto de vista ni de callarte para evitar problemas. Se trata de hablar desde la seguridad interna, con firmeza, sin agredir y sin someterte.

Ser asertivo no es lo mismo que ser agresivo, ni que ser pasivo. Es un punto de equilibrio: ni te callas, ni gritas. Decis tu verdad, con claridad y respeto.

Por qué es tan importante la asertividad en las conversaciones?

Porque cuando no somos asertivos, tendemos a actuar desde dos extremos:

  • Pasividad: aguantamos, callamos, cedemos por miedo al conflicto.
  • Agresividad: explotamos, atacamos, imponemos para defendernos.

Ambos extremos dañan nuestras relaciones. En cambio, la asertividad en las conversaciones permite:

  • Cuidar el vínculo con los demás.
  • Proteger tus límites personales.
  • Expresar tus emociones de forma sana.
  • Sentirte escuchado y respetado.

La asertividad es una forma de cuidarte, sin dejar de cuidar al otro.

La base de la asertividad: reconocer tus derechos personales

La clave para empezar a ser asertivo está en reconocer que tenés derechos por el simple hecho de ser persona. Y no, no estamos hablando de derechos legales. Son derechos emocionales y personales, como:

  • Sentirte feliz y pleno.
  • Decidir cómo y con quién pasar tu tiempo.
  • Decir “no” sin culpa.
  • Expresar lo que sentís.
  • Elegir lo que es saludable para vos.

Muchas veces no usamos la asertividad porque ni siquiera creemos que tenemos estos derechos. Y sin esa base, es difícil comunicarte de manera segura. Por eso, el primer paso es recordarte a vos mismo: tengo derecho a ser yo.

Dejar de luchar por lo que ya es tuyo

Vivimos con la idea de que los derechos hay que defenderlos, como si fueran algo que hay que ganar. Pero en realidad, tus derechos ya te pertenecen. No tenés que pelear por ellos. Solo necesitás expresarlos con claridad.

Este cambio de mirada es fundamental. En lugar de pelear para que te respeten, aprendés a comunicarte desde un lugar de confianza. Eso es la asertividad: no luchar, sino mostrar con claridad quién sos y qué necesitás, desde el respeto.

Cómo se expresa la asertividad?

La asertividad no es solo lo que decís. También es cómo lo decís. Y no hablamos solo de palabras, sino también de gestos, posturas y acciones.

Lenguaje verbal

Usar frases claras y directas, como por ejemplo:

  • “No me siento cómodo con eso.”
  • “Hoy necesito tiempo para mí.”
  • “Prefiero hacer otra cosa.”

Nada de excusas, ni rodeos, ni justificaciones eternas. Decís lo que sentís y necesitás, con calma y seguridad.

Lenguaje corporal

Tu cuerpo también comunica. Una postura firme, una mirada directa, un tono de voz tranquilo pero seguro, ayudan a que tu mensaje sea más claro.

Si decís que no, pero lo hacés mirando al piso y con voz bajita, el mensaje no será convincente. En cambio, si tu cuerpo acompaña tus palabras, vas a transmitir seguridad sin necesidad de discutir.

Acciones coherentes

Esta es la parte más difícil, pero también la más poderosa. Porque si decís que no querés hacer algo, pero igual lo hacés para evitar problemas, estás enviando un mensaje contradictorio. Y eso confunde a los demás.

La coherencia entre lo que pensás, decís y hacés es la base para que te respeten y te entiendan. Y también para que vos te sientas en paz contigo mismo.

Ser asertivo es un proceso, no una solución mágica

Aprender a ser asertivo no es algo que se logra de un día para el otro. Requiere práctica, paciencia y sobre todo, autoobservación.

El proceso empieza dentro de vos:

  1. Identificás lo que sentís.
  2. Reconocés lo que necesitás.
  3. Decidís comunicarlo con respeto.
  4. Actuás en coherencia.

Al principio puede haber dudas, y es posible que tu entorno se sorprenda o incluso reaccione mal. Pero si sostenés tu forma de comunicarte con claridad y respeto, con el tiempo los demás aprenderán a escucharte y a tener en cuenta tus límites.

Y si los demás no responden bien?

Muchas personas temen ser asertivas porque tienen miedo de que los demás se enojen o se alejen. Es un miedo válido, pero la realidad es que no podés controlar cómo reaccionan los otros. Solo podés cuidar la forma en la que vos te expresás.

Y cuando lo hacés desde la asertividad, estás poniendo una base firme para relaciones más sanas. Si alguien se aleja porque empezaste a cuidarte, quizás esa relación ya no era tan saludable como pensabas.

Ser asertivo puede traer incomodidad al principio, pero a largo plazo, te conecta con personas que te respetan por quién sos.

Beneficios de practicar la asertividad en tus conversaciones

Veamos en resumen qué podés ganar si decidís practicar la asertividad en las conversaciones:

  • Menos conflictos innecesarios.
  • Más claridad en tus relaciones.
  • Mayor autoestima y seguridad personal.
  • Mejores vínculos afectivos.
  • Reducción del estrés emocional.
  • Un entorno donde te sentís respetado y libre.

Y lo mejor de todo: empezás a vivir en coherencia con vos mismo.

Por dónde empezar?

Si querés comenzar a practicar la asertividad, te recomiendo tres pasos simples:

  1. Escuchate: tomá un momento para identificar cómo te sentís y qué necesitás.
  2. Anímate a hablar: elegí una situación concreta y expresá tu necesidad con calma.
  3. Sé coherente: actuá en línea con lo que dijiste, aunque cueste.

Recordá: ser asertivo no es ser perfecto. Es ser auténtico.

Hacé tuya esta valiosa herramienta

La asertividad es una herramienta poderosa para comunicarte desde el respeto y la confianza, sin renunciar a vos mismo ni aplastar al otro. Te permite construir relaciones más sanas, mejorar tu bienestar emocional y vivir con más paz interior.

No se trata de decir siempre lo correcto, sino de expresarte con honestidad y cuidado. Se aprende, se entrena, y cuanto más lo practiques, más natural te va a resultar.

Ahora que ya sabés qué es la asertividad y cómo aplicarla en tus conversaciones… te animás a empezar? en Escuela de emociones te enseñamos como.

Te gustaría aplicarlo en tu vida?

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